Ya hemos explicado anteriormente en este blog que la limpieza en la oficina es clave para la buena productividad de una empresa, pero no es el único factor. A una oficina limpia habrá que añadirle una oficina con una temperatura estable y bien ventilada. No solo por la comodidad de los trabajadores, sino también para mantener la limpieza.
Una mala ventilación podría provocar malos olores y si la oficina no cuenta con la frecuencia necesaria de limpieza necesaria los equipos podrían acumular polvo y suciedad que haga que funcionen peor y generen más calor. Por lo tanto, la clave para que el lugar de trabajo funcione perfectamente está en mantener estables estos tres valores.
En lo que refiere a la temperatura hay diferentes opiniones, ya que P.O. Franger, un científico danés, expuso en 1960 una teoría que decia que la temperatura ideal para una oficina eran 21º. Sin embargo esto puede ser muy poco para algunos y las autoridades sanitarias recomiendan una estabilidad entre 24º y 26º. Sea como sea lo importante es que sea constante y agradable, y que las vías de ventilación estén limpias para evitar problemas de salud.
En definitiva: mejor limpiar un poco todos los días y mantener una temperatura ni muy fría ni muy caliente que hacer que haya vaivenes en cuanto al aire acondicionado y la limpieza. De esta forma el trabajador se acostumbrará a desarrollar su actividad en un entorno agradable y sin cambios bruscos.