Utilizar el mismo detergente para todo cuando hacemos la limpieza del hogar es un gran error. Los diferentes tipos de superficie necesitan distintos tipos de productos de limpieza, y si no acertamos podríamos dañar nuestros suelos. Hay algunos consejos que se pueden seguir a la hora de elegir el elemento más adecuado para cada parte de la casa.
- Suelos de exterior: El exterior está sujeto a más daño por causas meteorológicas y por tanto más suciedad. En estos casos se puede usar sin problemas un limpiador de agua a presión para desincrustar la suciedad y posteriormente aplicar los productos según el tipo de baldosa instalada en la terraza. En superficies como la piedra y el ladrillo la suciedad se mete en los poros y puede ser difícil de eliminar, por lo que aplicar algún tipo de barniz que forme una película y proteja el material puede ser una buena idea. Si el suelo es de mármol, en cambio, se puede aplicar cera para mantener su brillo natural.
- En el interior: Hay que tener especial cuidado con el parqué y los suelos laminados en madera ya que una limpieza inadecuada podría acabar estropeándolos, lo ideal es utilizar un producto neutro para madera y preferíblemente una mopa que evite rozaduras. Los suelos cerámicos, en cambio, son muy resistentes por lo que su mantenimiento es más sencillo y basta con un producto que tenga pH neutro. Por último para las alfombras y moquetas lo ideal es aspirarlas de forma frecuente y, a poder ser, con un filtro anti ácaros o con una vaporeta.
Además de estos consejos recuerda que para una limpieza a fondo que deje tu casa o lugar de trabajo como el primer día puedes acudir a servicios profesionales como los de Senesant 2000, y despreocuparte de que una mala gestión de los productos pueda dañar los suelos.