Los sofás de piel son muy bonitos pero la piel necesita un cuidado un poco más especial que quizás un sofá convencional no necesites. Toma nota de los siguientes pasos:
En primer lugar si tienes un sofá de piel y quieres que se conserve en perfecto estado, deberás pasarle un trapo húmedo cada dos semanas aproximadamente para eliminar posibles restos de polvo que se hayan acumulado. Si lo que quieres es realizar una limpieza más profunda, puedes aspirarlo utilizando un cepillo suave para así eliminar los restos de polvo que puedan existir y en profundidad por todos los recovecos. Una vez que hayas finalizado la aspiración, puedes pasarle un paño húmedo con jabón neutro y agua destilada (haz movimientos circulares y nunca restriegues pues puedes llegar a dañar la piel). Una vez hayas terminado, aclara inmediatamente con un paño húmedo (solamente mojado en agua) y luego pásale un trapo seco para terminar el proceso y que quede reluciente.
Ahora que la limpieza ha finalizado, ha llegado el paso de darle brillo a la piel de tu sofá y para ello necesitarás productos especializados para ello. Es aconsejable un acondicionador de cuero que los hidrate y proteja, pero siempre es mejor que lo consultes en el lugar donde adquiriste el sofá para que así no tengas ningún tipo de problema. La mejor forma es pulverizarlo y lo extiendes con un paño limpio, esperas unos segundos para que el producto haga efecto y pasas un trapo seco para que así el sofá quede brillante y reluciente.